Del muro de Gabriela Eljuri

El CNE convertido en marioneta al servicio de Carondelet. Se saltan las leyes y el sentido común, hacen el ridículo y afectan a la democracia. Una vez más, ponen en duda la transparencia del proceso electoral y abonan a la percepción de fraude. Nos están imponiendo a los ciudadanos prohibiciones y sanciones que, además de absurdas, son ilegítimas. Solo falta que el CNE cumpla las “sugerencias” del presidente de eliminar la obligatoriedad de acudir a las urnas en las provincias afectadas por las lluvias, provincias en las que el candidato-presidente perdió en la primera vuelta.

Con tanto autoritarismo, están jugando con fuego y cansando cada vez más a la gente. ¿Cuáles y cuántas son las denuncias por extorsión al momento de votar? ¿Cuáles son las pruebas que tiene la Fiscalía? Cada vez que este gobierno y sus cómplices hacen algo “dudoso” y quieren salirse con las suyas, apelan a informes reservados.

Hasta donde yo sé, y es público, el único que pedía mostrar la papeleta con el voto era Noboa, a su vicepresidenta.

Pueden decirme quejumbrosa, correista, comunista y todo lo demás, pero ¿no es cuestionable que un gobernante, en su ya ambigua calidad de presidente-candidato, un día sugiera cambios en la normativa electoral en un proceso ya iniciado, al otro día su sugerencia sea “acogida” por el ente electoral, y luego el candidato-presidente aplauda a un órgano que debería ser independiente? Esto debería fastidiar a todos. Aunque parece algo menor, “un asunto solo de celulares”, es muy decidor de los tiempos que vivimos y de lo debilitadas que están las instituciones, su independencia y su credibilidad.

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