La encontramos en su pequeño taller a un costado de un pequeño callejón en el que está ubicada la gruta del Señor de Belén, en la parroquia Turi.
Gabriela Ulloa permanece en el lugar durante muchos años, desarrollando su gran habilidad, el bordado, pero también cumpliendo una labor de guía turística e informadora de una demostración de fe católica activa igualmente desde hace muchas décadas: la peregrinación de numerosas familias, especialmente de Cañar, a la gruta, en una especie de penitencia, de petición de mejoras en la productividad agrícola y en la vida diaria, y de agradecimiento por los favores recibidos. La peregrinación se cumple específicamente cada 24 de diciembre, fecha de la celebración del nacimiento de Jesús.
Le fecha de la visita seguramente acuñó el nombre de Señor de Belén, aunque la imagen no se relaciona precisamente con el niño nacido, señala Gabriela Ulloa; también relata una antigua leyenda en el sentido de que un niño llegaba a la explanada de Turi jugar con los niños de Turi y desaparecía en el lugar donde está situada la gruta.