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Por Cristóbal Rodríguez Guerra, Red Informativa Manabí – Ecuador por Dentro

El Ecuador se queda sin petróleo y sin luz… pero con un presidente haciendo turismo político

El fuerte invierno que sacude a gran parte del Oriente ecuatoriano y de la Sierra oriental ha provocado un hecho histórico y alarmante: la paralización total del sistema petrolero ecuatoriano. Hoy, la explotación del crudo y su exportación están en cero. Y como si no fuera suficiente, las principales hidroeléctricas han sido apagadas.

Pero no nos engañemos, la culpa no es solo de la naturaleza. Si bien las lluvias pueden ser imprevisibles, lo que sí es previsible —y exigible— es una planificación adecuada y responsable por parte del gobierno pero pedirle eso al régimen de Daniel Noboa es pedirle peras al olmo. Daniel Noboa brilla, pero en su ausencia y en su incapacidad

Mientras Ecuador se apaga, el presidente sigue en su periplo político por Europa, evadiendo su responsabilidad, con ministros que despachan desde el avión o desde hoteles de lujo. Su gobierno demuestra que no le interesa el sufrimiento de su pueblo.

En contraste, Rafael Correa, durante sus diez años de gobierno, siempre volvía de inmediato cuando una emergencia golpeaba al país. Con el lodo hasta las rodillas, recorrió zonas devastadas, como tras el terremoto del 16 de abril de 2016 o en las peores inundaciones. No se escondía detrás de discursos vacíos. Acrtuaba.

Los que odian a Correa prefieren un presidente ausente y una patria colapsada. El odio a Correa les vale más que el bienestar del pueblo. Y en ese juego macabro, los partidos que se dicen de izquierda y progresistas son también corresponsables. Porque han sido incapaces de formar políticamente al pueblo y han terminado haciéndole el juego a la oligarquía.

Petroecuador confirma: el país dejó de exportar petróleo

El gerente de Petroecuador, Leonard Bruns, confirmó que se ha declarado fuerza mayor en el sistema de oleoducto transecuatoriano (SOTE). Esto significa que se suspendieron las exportaciones petroleras. La razón: el avance de la erosión regresiva del río Coca, que está carcomiendo infraestructura clave del Estado.

A esto se suma la paralización del oleoducto de crudos pesados (OCP) y de un poliducto. La producción petrolera cayó un 29% en un solo día. Con corte al 2 de julio de 2025, Ecuador produjo apenas 332.128 barriles, de los cuales Petroecuador aportó 254.689.

Hidroeléctricas apagadas, riesgo de apagones en todo el país

El ministro subrogante de Energía, Guillermo Ferreira, informó que ocho hidroeléctricas han sido detenidas, incluyendo Coca Codo Sinclair, San Francisco, Victoria y otras. La razón: sedimentos, piedras y arena que impiden su operación segura.

La capacidad perdida es de 1.200 megavatios. Aunque Ferreira dice que no habrá racionamientos, el pueblo ya sabe cómo terminan estas historias: con velas y generadores, si tienes dinero para comprarlos.

Un país con vías destruidas y pueblos incomunicados

La erosión regresiva ha destruido tramos de la vía E45 y amenaza con colapsar comunidades como San Luis y La Loma. En paralelo: el puente sobre el río Loco colapsó; la vía Quito–Lago Agrio está bloqueada; zonas de Napo, Orellana, Zamora y Azuay están inundadas; hay decenas de desaparecidos y damnificados, mientras tanto, el gobierno no tiene ni los fondos ni la maquinaria para responder.

Lo que está en juego es el país entero, esta es una crisis multidimensional: económica, energética y social. Y no se va a resolver con discursos vacíos ni con presidentes en Europa. Se necesita una reacción urgente, popular y organizada.

Que el pueblo se levante antes de que nos terminen de enterrar. Que esta tragedia nos sirva de lección: no hay que darle un solo voto más a la oligarquía. El pueblo ecuatoriano debe prepararse para retomar su destino, no a través de títeres con apellidos rimbombantes, sino con liderazgos nacidos de la lucha popular.

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