El equipo médico atiende a uno de los niños. (Foto HVCM).

El hospital Vicente Corral Moscoso, a través del servicio de Cirugía Maxilofacial, realiza con éxito la colocación de distractores mandibulares en pacientes pediátricos con alteraciones en el desarrollo del macizo facial, conformado por 14 huesos, incluyendo maxilar y mandíbula, los pómulos y otros huesos que dan forma a la cara.

“Este procedimiento tiene tres objetivos: corregir asimetrías faciales, mejorar la función mandibular y optimizar la masticación, permitiendo una función y una apariencia facial mucho más armónica. En los últimos cinco años, el hospital ha colocado alrededor de 20 dispositivos en niños entre los 4 y 11 años, edad clave para el desarrollo óseo”, señaló Hugo Guamán, especialista en cirugía maxilofacial de esta casa de salud.

María Bacuilima, mamá de una de las beneficiarias, cuenta que su niña nació con microtia (malformación congénita donde el oído externo es pequeño), además la mandíbula estaba yéndose de lado: “Estuvo en tratamiento desde pequeña y ahora a los siete años, por recomendación del profesional se hizo la cirugía y está bien mi niña”.

El hospital, referente nacional en implantes cocleares, atiende también a pacientes con microtia, quienes frecuentemente presentan alteraciones en el crecimiento facial. Por ello, se trabaja de forma coordinada entre los servicios de Otorrinolaringología, Cirugía Maxilofacial y Odontología, para resolver su patología de forma integral.

Cada distractor mandibular tiene un costo aproximado de entre USD 7.500 y USD 10.000, y forma parte del equipamiento esencial del hospital para este tipo de intervenciones.

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