Por Marco Flores
Es impresentable que cualquier persona proponga que el Estado ecuatoriano ya no proporcione servicios de salud y educación gratuitos para que sean privatizados. Pero es mucho más impresentable y revelador que la propuesta venga de Verónica Abad quien pretende ser vicepresidente de Ecuador en binomio con el candidato Daniel Noboa.
Increíble, pero es lo que ella propone abiertamente y con todas las letras. Únicamente una persona carente de formación académica adecuada y mínimos conocimientos sobre la necesidad de redistribuir los ingresos en cualquier país, puede proponer que estos y otros servicios sean privatizados y pagados por personas pobres.
Al menos hay que enterarse que en Ecuador hay 7 millones de pobres que a duras penas tienen dinero para «parar la olla». Que 5 millones de ellos viven en grave pobreza monetaria con menos de 3 dólares diarios y que otros 2 millones sobreviven en pobreza extrema con menos de 1,7 dólares al día (Fuente INEC).
Cómo se supone que personas tan pobres puedan pagar por educación pública para sus hijos y por servicios públicos de salud para la familia, servicios que, por cierto, hay que mejorarlos sustancialmente ya que por causa de dos gobiernos como el que ella propone están destruidos.