Por Mario Cando
En el contexto actual del mundo, la desinformación y la información engañosa se han convertido en problemas críticos, especialmente para los procesos democráticos y los ciclos electorales alrededor del planeta.
Si bien la manipulación informativa no es un fenómeno nuevo, en la era del internet ha adquirido dimensiones alarmantes, pues su alcance se ha exacerbado por la velocidad de difusión en las plataformas sociales, la falta de filtros en el consumo de contenidos digitales, y la poca alfabetización mediática de las audiencias. Tres acciones que combinadas y manipuladas pueden poner a la sociedad en riesgo, pues los ciudadanos terminan tomando decisiones a partir de información sesgada o de reacciones emocionales extremas provocadas por contenidos engañosos, expresa una publicación de Red Ética, plataforma comunicacional de la Fundación Gabo (Gabriel García Márquez).
Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de desinformación? En una entrega anterior sobre este tema, mencionamos que este concepto se refiere a la difusión deliberada de noticias falsas o información parcialmente verdadera con la intención de influir en la opinión pública, interferir en procesos democráticos e incluso provocar confusión y desconfianza hacia las instituciones o entre comunidades, preparando así el terreno para el nacimiento de nuevos autoritarismos, expresa el medio.
En este contexto se puede explicar una serie de acontecimientos aparentemente normales pero claramente orientados a favorecer la candidatura del presidente Daniel Noboa. Allí está la reaparición de la fiscal Diana Salazar, “desaparecida” un considerable tiempo tras la filtración de chats con obscuros personajes de la política, de los organismos del Estado, de medios informativos y de la delincuencia organizada; así como el allanamiento de la Fiscalía al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social por presunta simulación y usurpación de funciones públicas. El show estaba montado.
Pero qué más escandalosa y grosera simulación y usurpación de funciones generada por el presidente-candidato Daniel Noboa al desconocer a la vicepresidenta constitucional, Verónica Abad, y nombrar, en forma dictatorial, a dos desconocidas advenedizas para que se hagan cargo de la dirección del país. ¿Estuvo ahí la fiscal Salazar para allanar las oficinas de la Presidencia de la República? Cuando se reinstitucionalice el país estos personajes deberán responder por el grave delito perpetrado.
Otro elemento de manipulación son las “encuestas oficiales” que a todas luces arrojan datos en beneficio del presidente-candidato. Comunicaliza, de Álvaro Marchante, y Cedatos, de Polibio Córdoba, personajes cercanos al Gobierno, dan como ganador a Noboa, datos ampliamente difundidos por los grandes medios de comunicación, no así los que registran el triunfo de Luisa Gózález. Comunicaliza: Daniel Noboa 38,1%; Luisa González 32,0%. Cedatos: Daniel Noboa 49.7%; Luisa González 31.9%.
Pero en la otra acera están las encuestas difundidas en las redes sociales y medios alternativos que dan cuenta del triunfo de la candidata Luisa González. Aquí se inserta la encuesta pedida por el expresidente Guillermo Lasso y difundida por el medio digital La Posta, según la cual Luisa González tiene 45% de intención de voto, frente a un 36,5% del candidato-presidente Noboa. La encuesta realizada tiene un universo de 13 mil personas.
Pero los grandes medios oficiales no consideran el lenguaje de las calles: por lo general masivas concentraciones y caravanas que apoyan en varias ciudades y poblados del Ecuador a la candidata de la Revolución Ciudadana, frente a las escasas presencias, y aún muestras de rechazo, en torno al candidato de ADN.
Un tercer factor es la irrupción de conductores de programas de televisión y de radio que aún tienen considerables niveles de llegada en segmentos poblaciones de escasa o nula formación política. Estos conductores se esfuerzan por inducir la idea del voto útil en beneficio de quien supuestamente está liderando las encuestas. Es el caso de Rafael Cuesta, de TC Televisión, quien en un comentario sesgado expresó la mañana de este jueves 30 de enero: “Piensen si su candidato tiene posibilidades de triunfo (…). Haga que su voto sea útil, no un desperdicio”.
La lucha informativa
Pese a que históricamente el auge de las narrativas falsas en temporada de elecciones ha sido una constante, existen algunos factores que podrían agravar el problema en el futuro cercano, degradando aún más el entorno de la información electoral.
Uno de estos factores está relacionado con los ataques legales y políticos que distintas vertientes ideológicas han implementado para disuadir a instituciones clave de abordar las mentiras y falsedades sobre los procesos electorales.
Como un segundo factor aparecen los empresarios y las compañías dueñas de redes sociales, que han reducido drásticamente los esfuerzos para moderar contenido falso y amplificar información precisa.
Por otro lado están los avances en inteligencia artificial que permiten a los distintos adversarios políticos acceder a herramientas que pueden aumentar la contaminación del entorno informativo a una escala y nivel de sofisticación sin precedentes, resume Red Ética.