El derechista Daniel Noboa y Luisa González, de la Revolución Ciudadana, en el debate del domingo 1 de octubre de 2023.
Contrario a un bochornoso y manipulador exit poll que daba como ganador a Daniel Noboa, los resultados del CNE muestran un empate.

La segunda vuelta electoral que el domingo 13 de abril definirá a la nueva o nuevo presidente de Ecuador posiciona al electorado entre la continuidad del gobierno de Daniel Noboa, caracterizado por el autoritarismo, el irrespeto a la Constitución e instituciones del Estado, la extrema inseguridad y violencia, y el cambio propuesto por la candidata de la Revolución Ciudadana Luisa González.

El balotaje quedó decidido tras los resultados que la noche del domingo 9 echaron al traste el bochornoso exit poll difundido entusiastamente por las cadenas televisivas y los medios oficiales , y apagaron la euforia de los seguidores de Noboa que a los gritos de “una sola vuelta” esperaban ver a su líder encaramado en la tarima del triunfo. De hecho, el candidato suspendió el festejo preparado y desapareció del ámbito público electoral.

La mañana de este martes, con más del 99,39 % de las actas procesadas, había apenas un 0.2% de diferencia, el candidato-presidente alcanzaba el 44,15 % de los votos, mientras que la candidata de Revolución Ciudadana (RC) obtenía 43,95 % de los sufragios.

Leonidas Iza, del movimiento Pachakutik y presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) lograba el tercer lugar con el 5,30 % de los sufragios; en el cuarto puesto se quedaba Andrea González, del Partido Sociedad Patriótica (PSP), con el 2,70% de los votos.

Los 12 candidatos restantes se mantienen por debajo del 1 %. Entre ellos, el expresidente de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle, del Partido Social Cristiano, con 0,71 % como el porcentaje más alto; el expresidente de la Corte Nacional de Justicia Iván Saquicela, de Democracia Sí, quien, además de portar la bandera del anticorreísmo, alzaba el trofeo de haberlo condenado, obtuvo el respaldo más bajo con solo el 0,12 % de los sufragios.

Una «gran victoria»

La candidata Luisa González celebró los resultados a los que calificó como «una gran victoria». «Gracias, Ecuador, porque este triunfo es de ustedes. Daniel Noboa representa el miedo, nosotros representamos la esperanza, el cambio, esa esperanza de transformar este país y de cambiar la mentira por la verdad», dijo ante sus simpatizantes.

«Hoy ha ganado el Ecuador, ha vencido la patria, y vamos con más fuerza, porque vamos a seguir subiendo», insistió.

El lunes, entrevistada por el canal Teleamazonas, González manifestó que existen «inconsistencias» en más de 2.600 actas electorales y que durante la jornada de los comicios miembros de su partido enfrentaron obstáculos, como que les cerraran las puertas de los recintos o que personal de la fuerza pública no dejara pasar a sus delegados.

Aseguró que, una vez solventadas las inconsistencias de los datos y algunos problemas técnicos en las provincias de Manabí y Esmeraldas, «lo más probable es que sea Luisa González la que esté primera en este comicio electoral».

«Esta ha sido una pelea de David contra Goliat», dijo, en referencia a los cuestionados manejos realizados por Noboa desde el Estado durante su campaña como presidente-candidato con la permisividad de los organismos de control.

Banalidad, desprecio – propuestas

Puntualizando en la continuidad y el cambio, la analista y parlamentaria andina, Verónica Arias Fernández, puso en evidencia la banalidad, el desprecio, la visceralidad, la irresponsabilidad y el odio expresados por algunos personajes de la política, de la anticomunicación y pseudo influencers.

En este grupo se encuentra la excandidata Andrea González quien en una de sus publicaciones expresó: “Yo sí no lo vi venir a Daniel Noboa en la primera vuelta. Por supuesto, en la segunda vuelta voté por él, porque definitivamente si un melloco está en contra del correísmo, votaría por un melloco”.

El desprecio y la visceralidad con la que habla Andrea González también encuentra otros complementos. La prensa, que recibe jugosas pautas y que propone saltarse toda normativa legal e institucional con tal de mantener en el poder a presidentes como Moreno, Lazo y ahora Noboa, criticó la analista.

En este escenario Arias colocó al presentador Carlos Vera quien en uno de sus comentarios expresó: “se ha dado una polarización que difícilmente se va a cambiar y que nos pone a escoger como alternativas claras (entre) quienes plantean el socialismo del siglo XXI y quienes han demostrado combatirlo y poder ser la opción diferente.

Ni siquiera la opción mejor, la opción diferente. Eso es lo correcto. Ahora, si lo correcto es lo justo, lo justo es apoyar todo lo que vaya en esa línea, aunque sea forzando la constitución o llevándola a su extremo como yo creo que se está haciendo”.

En referencia a los pseudo influencers de Noboa, Verónica Arias condenó sus acciones que buscan estigmatizar y polarizar al electorado, y hasta admiten que Noboa, en caso de ganar, seguirá siendo un pésimo presidente, pero que al menos no es correísta.

Esa es la versión de la usuaria de redes con el alias Belenix: “tienes que votar a conciencia, si luego de votar a conciencia, Noboa no hizo lo que tenía que hacer, al menos tú te quedas con la conciencia de que hiciste bien las cosas, de que votaste bien”.

 

Y algo más grave aún, las declaraciones de Martín Pallares al presentador Carlos Vera relacionando a los votantes de Luisa González con el narcotráfico, algo que ha sembrado la indignación en este conglomerado.

 

Frente a estas muestras de desprecio, visceralidad e irresponsabilidad, la analista subrayó que el cambio tiene nombre y apellido: Luisa González, quien llega con propuestas claras para reactivar la economía, el empleo, brindar oportunidades para los jóvenes y ejecutar un verdadero plan de seguridad.

A diferencia de Noboa, que solo recorre el país desde un camión, Luisa González camina junto a la gente, escucha sus preocupaciones y presenta un programa de gobierno serio, técnico, programático, pensado en el beneficio de todo el Ecuador.

Dos posiciones claramente definidas, una que apuesta por la continuidad de un país sumido en una grave crisis económica, energética, en la peor crisis de seguridad de su historia; un país dividido y que a nombre del anticorreísmo  justifican la mediocridad, inoperancia y corrupción de este gobierno, y  otro que apuesta por un Ecuador que tome un rumbo radicalmente distinto, con obras y servicios públicos de calidad, donde la educación, la salud y la seguridad vuelvan a ser prioridad y donde la unidad y la reconciliación nos permitan avanzar hacia un futuro mejor.

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