Si esto ocurre con las grandes casas hospitalarias, ya se puede pensar en cómo estarán los centros de salud cantonales y parroquiales.
El hospital regional Vicente Corral Moscoso y el hospital José Carrasco Arteaga, de Cuenca, así como el sistema nacional de salud, están a punto de colapsar si el gobierno del derechista Daniel Noboa no toma medidas urgentes para atender al sector. Ese fue el grave diagnóstico expresado por el Observatorio de la Salud del Azuay, en rueda de prensa, la mañana de este miércoles 23 de julio.
Saúl Chalco, uno de los voceros del organismo, puntualizó que el hospital del IESS, que atiende a más de 1.000 pacientes por día, el 70% adultos mayores y jubilados, y por tanto requiere de altos niveles de profesionalismo y equipos tecnológicos, se está quedando sin estos medios.
Los mejores médicos, enfermeras y personal de apoyo están renunciando para cuidar su imagen y evitar posibles sanciones por negligencia médica al no tener los recursos necesarios para su trabajo, sostuvo. Los reactivos para el laboratorio se terminarán en un mes, muchos de los insumos médicos se agotarán en dos meses.
Como fruto del abandono y del irracional centralismo, el José Carrasco Arteaga ya perdió su acreditación para trasplantes hepáticos. Parte del mobiliario está obsoleto desde 2015; muchos de los equipos culminaron su tiempo de vida en 2023 y 2024; el tomógrafo está en desuso por la falta de un repuesto; muchos de los medicamentos se tienen que comprar en las farmacias externas; los agendamientos de atención se dan para luego de tres, cuatro, seis y más meses, cirugías de altos niveles de urgencia, igual; los pacientes renales, oncológicos y de otras enfermedades catastróficas están en la antesala del cementerio.
Y quizás disfrutando de esta debacle, el exministro de Salud, José Ruales, está planteando la reducción del presupuesto en 1.300 millones de dólares, es decir solo se tendría 2.700 millones para la atención de la salud a nivel nacional, eso significará la sentencia de muerte para miles de ecuatorianos de escasos recursos.
Toda esta esta grave realidad se la hizo conocer al presidente Noboa en una carta abierta enviada el 3 de abril del presente año. El mismo pedido fue reiterado el 21 de julio y se lo hizo público este miércoles.
Como una forma de enfrentar estas situaciones de abandono, y en el plano personal reclamar el respeto de su derecho a una salud de calidad, en las próximas semanas el Observatorio suscribirá un convenio con la Facultad de Jurisprudencia, el Instituto de Criminalística y el Consultorio Jurídico gratuito de la Universidad de Cuenca para la defensa individual y colectiva de este derecho humano fundamental, anunció Edison Moscoso, otro de los voceros del organismo.