Con el anunciado retiro de la licencia ambiental para la minería en el páramo, el gobierno despliega una cortina de humo para generar titulares y distraer a la ciudadanía, justo en momentos en que busca respaldo político para su consulta popular.
Como “una maniobra para desactivar momentáneamente la presión social y ganar tiempo” calificó la Federación de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Azuay (FOA) al anuncio del Ministerio de Ambiente y Energía en el sentido de que el gobierno decidió revocar la licencia ambiental del proyecto minero Loma Larga, en los páramos de Quimsacocha.
“Aunque el comunicado oficial pretende mostrar esta decisión como un acto de responsabilidad ambiental, en realidad responde más a una estrategia política que a un compromiso real con la defensa del agua”, expresa la organización en el documento distribuido a los medios de comunicación este domingo 5 de octubre.
La FOA, junto a las juntas de agua y comunidades defensoras del territorio, recuerda que la lucha por Quimsacocha y por la vida no comenzó ayer. Son 30 años de resistencia sostenida frente a gobiernos, empresas y campañas de manipulación. Tres décadas en las que Cuenca y el Azuay han demostrado que el agua vale más que el oro.
Por eso, no podemos aceptar que esta revocatoria sea presentada como una victoria. La resolución ministerial de 23 páginas contiene 102 considerandos, de los cuales la mayoría se basan en publicaciones de redes sociales de las autoridades locales del Azuay. Ni una sola línea menciona los resultados de las Consultas Populares de Cuenca y Girón, que son mandatos soberanos y vinculantes, precisa la FOA.
”El gobierno ha preferido justificar su decisión con comentarios de redes sociales antes que con el mandato del pueblo. Esta omisión revela el verdadero carácter de la medida: una cortina de humo para generar titulares y distraer a la ciudadanía, justo en momentos en que busca respaldo político para su consulta popular. Es decir, no se trata del fin de la amenaza, sino de una maniobra para desactivar momentáneamente la presión social y ganar tiempo”.
Desde la FOA afirmamos con claridad: la revocatoria de la licencia ambiental no protege Quimsacocha. La única garantía real será la cancelación definitiva del proyecto Loma Larga y de las tres concesiones mineras de los páramos de Quimsacocha.
Nuestra posición es firme. No queremos anuncios oportunistas ni soluciones parciales. Queremos respeto a la vida, a las fuentes de agua y a la decisión democrática expresada en las urnas.
Treinta años de lucha nos han enseñado que la resistencia no se negocia ni se enfría con comunicados oficiales.
Mientras existan amenazas sobre los páramos de Quimsacocha, Cuenca y el Azuay seguirán en pie.