Giancarlo Loffredo, ministro de Defensa. (Captura de pantalla).

Del muro de Gabriela Eljuri

Todos los constitucionalistas serios, sin importar su tendencia ideológica, insisten en las ilegalidades múltiples y graves que está cometiendo el presidente, y no pasa nada. Una consejera del Tribunal Electoral insiste que se haga lo que se debe hacer, y nadie le escucha. Ayer fuimos testigos de cínicas, insultantes y repugnantes declaraciones: Palencia, La Gasca, Loffredo, y no pasa nada.

Es de terror ver a un ministro de defensa, rodeado de militares, amenazando a una jueza, y no pasa nada. Hoy el presidente encarga a dedo la presidencia a una persona que no fue electa en las urnas, y no pasa nada. Es de terror ver a unas Fuerzas Armadas y a un Consejo Nacional Electoral subordinados a un presidente-candidato.

Se violan los derechos humanos, se asesina cruelmente a cuatro niños y, prepotentemente, el ministro de defensa defiende a los responsables. Se está incumpliendo todas las normas legales, se está normalizando la falta de ética, y no pasa nada. Vemos impotentes el atropello a la constitución, y no pasa nada. ADN actúa sin miedo a las consecuencias y a la ley, y no pasa nada.

¿Quién les va a poner freno? ¿Noboa y ADN ya lo compraron todo para saber que aquí no pasa nada? ¿Estamos siendo testigos impávidos del entierro de la democracia y el inicio de una dictadura? Si todo está perdido, todos estamos perdidos y deberíamos tener miedo, porque no habrá nada que nos proteja, ni nadie que garantice nuestros mínimos derechos.

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