María Augusta Hermida, rectora de la Universidad de Cuenca; Enrique Pozo, rector de la Universidad Católica de Cuenca; Rebeca Castellanos, rectora de la Universidad Nacional de Educación (UNAE); Fernando Moscoso, vicerrector de la Universidad Politécnica Salesiana.

El Parque Nacional El Cajas, uno de los ecosistemas más emblemáticos de Ecuador, enfrenta una emergencia ambiental crítica. Desde hace más de diez días, incendios forestales incontrolables han arrasado aproximadamente 3,550 hectáreas dentro del parque y 7,000 hectáreas en las zonas de amortiguamiento, según información satelital abierta. Esta catástrofe amenaza uno de los patrimonios naturales más importantes del país, fundamental para la regulación hídrica y la biodiversidad de la región.

Ante esta emergencia, la Universidad Católica de Cuenca, Universidad Politécnica Salesiana (UPS), Universidad de Cuenca y la Universidad Nacional de Educación (UNAE), así como organizaciones científicas a través de sus rectores y representantes, han emitido un llamado urgente al Gobierno Nacional para que declare estado de emergencia nacional sin más demoras y solicite así apoyo a instancias nacionales e internacionales, es imprescindible movilizar recursos y establecer estrategias de intervención inmediata para controlar los incendios y mitigar su impacto.

El páramo, uno de los ecosistemas más frágiles y esenciales del planeta, está siendo destruido. Este sistema montañoso, clave para la captación de agua, alberga especies emblemáticas como el oso andino, el tapir de montaña y el cóndor andino, además de innumerables anfibios e insectos. La pérdida de estos hábitats impacta directamente en la provisión de agua para la población y afecta la resiliencia de la región frente al cambio climático.

Además, se exige que las decisiones para la restauración ecológica sean tomadas con base en criterios técnicos y científicos. Para ello, se propone la creación de comités técnicos permanentes conformados por universidades, fundaciones y organizaciones especializadas en investigación y conservación, trabajando de la mano con actores sociales locales. Este enfoque garantizaría la recuperación sostenible de los ecosistemas afectados y el involucramiento de las comunidades que dependen de estos recursos.

La restauración del páramo y de los bosques afectados es un proceso largo y complejo, que podría tomar de 20 a 40 años si las condiciones son favorables. Sin embargo, la omisión o la falta de acciones concretas en este momento crítico podría significar la pérdida irrecuperable de la biodiversidad y los recursos hídricos esenciales para el Austro ecuatoriano y sus habitantes.

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